La mejora en la velocidad de cambio de dirección es uno de los tópicos con más interés en el ámbito de la preparación física en los deportes de situación de campo (en los que es necesario trasladarse a distintas velocidades en el terreno de juego).
Dentro de esta temática, uno de los puntos a considerar es el entrenamiento específico de cambio de dirección y las mejoras que éste produce.
Para comenzar, citamos el trabajo de Young y Cols (2001), en el cual: por un periodo de 6 semanas (10 a 12 sesiones totales, que incluyeron 5 a 8 aceleraciones cada una):
- un grupo de deportistas entrenados recreacionalmente ejecutaron entrenamiento de velocidad lineal, y
- otro grupo ejecutó entrenamiento de cambio de dirección.
Los objetivos del estudio fueron determinar si:
- el entrenamiento de velocidad se transfirió a un rendimiento en el cambio dirección.
- el entrenamiento de cambio dirección se transfirió a un rendimiento en velocidad.
Sin embargo, para el presente documento, tomaremos los datos de los que entrenaron con cambios de dirección.
Entrenamiento con Cambio de Dirección
El entrenamiento con cambio dirección mejoró el tiempo en el cambio dirección, pero no mejoró significativamente el tiempo en la velocidad.
La conclusión fue que el entrenamiento de velocidad y el entrenamiento de cambio de dirección fueron específicos y no se transferían entre sí.
La investigación de Little y Williams (2007), indicó que en jugadores profesionales de fútbol, también se reportaron correlaciones bajas entre los rendimientos con aceleración y velocidad máxima, con respecto a la agilidad (tomada como velocidad de cambio de dirección).
En línea con esto, se analizaron las correlaciones entre aceleración lineal, velocidad de cambio de dirección y agilidad reactiva a través de distintas pruebas específicas para cada una de las variables.
Como resultado, no se encontraron correlaciones altas entre los rendimientos de aceleración lineal y la velocidad de cambio de dirección.
Investigaciones en las Distintas Disciplinas
Teniendo en cuenta una importante revisión realizada por Bruguelli (2008), para poder llegar a tener claridad es este aspecto surge la necesidad de analizar aquellos trabajos de investigación llevados a cabo con distintos grupos de deportistas de distintas disciplinas, categorías, edades y géneros.
Así, es que la mayoría de los estudios de entrenamiento que han reportado mejoras significativas en el rendimiento de cambio de dirección han ejecutado ya sea entrenamiento de cambio dirección específico del deporte como entrenamiento de cambio dirección tradicional.
Este último, incluye trabajos en los cuales se desarrolla la agilidad cerrada, o programada, y en los que se pauta de antemano el tipo de cambio de dirección, la cantidad, las distancias de trabajo, la angulación, etc.
Casos de Ejemplos
Voleibol
Gabbett y Cols. (2006), investigaron los efectos de un programa de entrenamiento específico del voleibol sobre el tiempo en la prueba T en jugadoras de voleibol femenino junior.
El programa de entrenamiento incluyó entrenamiento técnico y de instrucción, junto con juegos basados en habilidades para desarrollar el pase, armado, saque, recepción y precisión del bloqueo, y técnica.
El protocolo de entrenamiento duró 8 semanas y disminuyó significativamente el tiempo en la prueba T (-5,2%).
Rugby
Gabbett y Cols. (2006), investigaron los efectos de un entrenamiento de campo específico (que incluyó ejercicios con cambio de dirección) en jugadores de rugby de liga de nivel mayor y junior. Lo hicieron en coordinación con un programa de acondicionamiento y fuerza tradicional sobre el rendimiento en cambio de dirección .
El entrenamiento de campo fue ejecutado 2 veces por semana durante 14 semanas. Por un lado, los ejercicios de cambio dirección generales fueron ejecutados al final de la temporada.
Por otro lado, los ejercicios de cambio dirección específicos fueron ejecutados en la pretemporada.
Después del período de entrenamiento de 14 semanas, el rendimiento en cambio dirección mejoró significativamente. Esto es debido a que el tiempo de cambio dirección disminuyó en un 17.7% para los jugadores junior y en un 16.2% para los jugadores mayores, respectivamente.
En otro estudio con jugadores de rugby de liga realizado por Gabbett y cols (2006), tanto el entrenamiento de cambio dirección tradicional como entrenamiento de cambio dirección basado en habilidades, fueron ejecutados sobre un período de 9 semanas dentro de la temporada.
El entrenamiento de cambio dirección basado en habilidades involucró ejercicios que debían mejorar las habilidades del rugby (por ejemplo pase, recepción, tackle) y mejorar el rendimiento en cambio dirección.
Los investigadores reportaron que ambos grupos de entrenamiento mantuvieron el tiempo de cambio de dirección sobre la temporada competitiva.
Fútbol: Femenino
Polman y Cols. (2004), encontraron resultados similares en jugadoras de fútbol de élite, al aplicar entrenamiento de cambio dirección específico.
Las deportistas ejecutaron un período de entrenamiento de 12 semanas (2 sesiones por semana). Este incluyó: velocidad tradicional, juego específico de fútbol, cambio dirección y ejercicios de potencia.
Además, un grupo ejecutó ejercicios con equipamiento adicional (bandas de resistencia, vallas), y otro grupo ejecutó los ejercicios sin el equipamiento.
La prueba de cambio de dirección que fue utilizada involucró aceleraciones y muchos cambios dirección de 90° o 180° sobre 18 m.
Ambos grupos, mejoraron el rendimiento en cambio dirección significativamente (-3.8% a -4.2%).
Los autores de este trabajo concluyeron que: el entrenamiento de cambio dirección tradicional o específico en el deporte puede mejorar el rendimiento de velocidad de cambio dirección en deportistas mujeres, en un periodo de 8 a 12 semanas.
Fútbol: Jóvenes
Por otro lado, autores como Dean y cols. (1998) y Christou y cols. (2006), investigaron los efectos del entrenamiento de cambio de dirección sobre atletas jóvenes (12 a 16 años) y reportaron mejoras significativas.
Los atletas en el estudio de Dean y cols. usaron entrenamiento de cambio dirección por 4 semanas y reportaron una mejora significativa en el tiempo de la prueba de ir y volver de 20 yardas (-3. 2%).
Christou y cols. también reportaron una mejora significativa en el tiempo de cambio dirección después de 16 semanas, tanto de entrenamiento de cambio dirección como entrenamiento de acondicionamiento y fuerza en jugadores de fútbol jóvenes (-4 a 5.4%).
Los sujetos realizaron ejercicios tradicionales y de cambio dirección específicos del fútbol durante 16 semanas, y reportaron una disminución significativa en la prueba de ir y volver (10 × 5 m).
Fútbol: Masculino
Bruguelli y cols. (2008), citan dos estudios de entrenamiento de cambio dirección que han incorporado protocolos entrenamientos no tradicionales.
Cressey cols. (2007), examinaron los efectos de un programa de fuerza y acondicionamiento en jugadores de fútbol masculinos. Este incluía superficies inestables y superficies estables durante una variedad de ejercicios corporales para los miembros inferiores (estocadas, sentadillas, peso muerto).
Todos los sujetos también ejecutaron entrenamiento de cambio dirección específico del fútbol, y ambos grupos disminuyeron significativamente los tiempos de cambio dirección (-II% a 4.4%).
Sujetos No Entrenados
Deane y cols. (2007), investigaron los efectos del entrenamiento de fuerza de extensores de cadera con bandas elásticas sobre el rendimiento en cambio dirección en sujetos no entrenados.
Después de 8 semanas de trabajo, el tiempo de cambio dirección fue significativamente disminuido (-8.3% a 10%).
Resultados
A partir de lo analizado hasta el momento, es importante tener en cuenta el concepto de especificidad en relación al objetivo de mejorar el rendimiento en la velocidad de cambio de dirección en los deportes de situación.
Los trabajos de investigación en su mayoría han encontrado relaciones importantes entre la especificidad del entrenamiento de velocidad de cambio de dirección y las mejoras en las distintas pruebas usadas para valorar las modificaciones luego de varias semanas de estímulos.
Las mejoras en la velocidad de cambio de dirección a partir de estímulos de aceleraciones lineales no han sido efectivas en todos los casos, o bien no han sido del todo claras.
Es importante considerar también las mejoras conseguidas en velocidad de cambio de dirección con trabajos que incluyan habilidades específicas del deporte en cuestión. Se puede, de esta manera, integrar el desarrollo de las habilidades específicas del deporte en la mejora de la velocidad de cambio de dirección.
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